jueves, junio 07, 2007

Nuevo escrito del taller de escritura creativa!!

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.

Sepia

Un viernes de cierto mes de cierto año, llegó con el ánimo agotado.
Después de un largo día, sólo deseaba echarse en su cama y ver un buen programa de televisión, antes de dormir todo lo que no había dormido durante la semana.
Entró a su casa y aventó a un lado todas sus cosas con fastidio, deseando no saber más del trabajo.
La mesa del comedor lo recibió, con el correo que había llegado esa mañana encima. Suspirando, tomó el montón de cartas y paquetes, y las fue pasando una por una echándoles una ojeada superficial.
Cuentas de tarjetas de crédito, el recibo de la luz, una postal de cumpleaños atrasada, un libro que había comprado por Internet...
Entonces, frunció el entrecejo con extrañeza al reconocer la letra que se lucía en el lado exterior de uno de los sobres. Se detuvo en dicha carta y lanzó todo lo demás a la mesa, apresurándose a abrirla sintiendo mucho desconcierto.
¿Acaso los de la oficina de correos habían cometido un error?
No, el sobre iba dirigido a él sin lugar a dudas.
Se dejó caer con pesadez sobre una de las sillas, abrumado por el impacto de la noticia y comenzó a leer.

Hola... ¿Cómo estás?
Espero que bien.
Hum, clásico inicio de carta...
Lo siento, pero hace mucho tiempo que no sé nada de ti; al parecer me has olvidado, pues no he recibido contestación a la carta que te envié antes de ésta. Ya extraño las tonterías que me escribes.
Sé que tienes una buena excusa y que no has olvidado que prometimos escribirnos una vez al mes, por lo menos, para nunca perder el contacto.
Te aviso que ya pasó más de un mes desde lo último que supe de ti.
Supongo que no has tenido mucho tiempo como para sentarte a escribir ¿no? Debes estar en un constante estrés viviendo tan lejos de todo lo que conoces.
Yo aquí, sí tengo un montón de cosas qué hacer durante todo el día, y a veces ni siquiera puedo descansar viendo un buen programa de televisión como sueles hacerlo tú.
¿Sabes? Te extraño mucho, de verdad.
Últimamente he pensado en ti a cada instante; todo por culpa de un pájaro que al parecer ha instalado su nido por aquí cerca porque lo veo mucho fuera de la casa.
Cada vez que lo veo me acuerdo de ti, porque es tu pájaro favorito, uno como el que me mostraste aquella vez en una fotografía. Recuerdo que me dijiste cuál era su nombre científico, pero la verdad es que ahora ya no me acuerdo de él; no soy muy hábil para ese tipo de cosas tan complicadas, por eso quien estudia a los pájaros eres tú.
En fin. Como te iba diciendo, han sido muchas las veces que he visto al pájaro: lo veo cuando estoy en mi cuarto y él descansa sobre el cable de teléfono, cuando llegó a casa, le gusta volar por encima del coche, salgo al patio y me lo encuentro buscando insectos en el pasto.
Si estuvieras aquí, sin duda ya le habrías tomado mil fotografías de forma enloquecida.
He comenzado a ponerle agua en un traste y granos para que coma, y no deje de venir. Incluso le he puesto un nombre: se llama Sepia, porque sus colores me recuerdan a las fotografías viejas en blanco y negro.
Dirás “qué ridículo”, pero... creo que me he encariñado un poco con él.
Bueno, dejaré que te burles de mí a gusto, así que esto es todo por ahora. De cualquier manera, todavía tengo que hacer un reporte para mi jefe.
Ojala que esta vez si me mandes una respuesta, porque me angustia no saber de ti, me da miedo que te haya pasado algo malo.
Nos vemos.
¡Te cuidas mucho, por favor!

Al terminar de leer, asentó la hoja con cuidado sobre la mesa, y se limpió las lagrimas que habían brotado en silencio durante la lectura de la carta; pero poco le sirvió, pues no pudo contenerse y se soltó en un descontrolado llanto, cubriéndose la cara con las manos.
Ahora entendía, porqué nuevamente pasaba el tiempo sin que recibiera una carta que le calmara esa inquietud que sentía cada vez que veía al pájaro.
En el sobre, con la tinta roja del sello de la oficina de correos, decía.

Remitido
por defunción
del destinatario.
Lo sentimos mucho.


Y mientras lloraba, alguien lo observaba desde afuera de la ventana, alguien que deseaba entrar y abrazarle contra su pecho para lamentarse a su lado, para ambos deshacerse en lagrimas juntos. Quería decirle que también le extrañaba y pedirle perdón por no haber contestado a las cartas.
Pero su diminuto cuerpo le limitaba tanto... Que lo único que podía hacer, era mirarle con toda la tristeza que sus ojos de pájaro podían expresar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wow preciosa la lectura ninia, completamente inesperado el final, la verdad me lo imagine diferente, no se.

en serio sigo esperando que saques un libro jeje, o bueno la antologia que hiciste, me encantaria tenerla y que la autografies jaja asi podre presumir que te conoci antes de que te volvieras famosa jejeje.

te quiero mucho ninia linda.

YaYe dijo...

wooooooooow!!!! me encantooooooooo el cuentooo!!! lo amee!! si si si!!!
oie ese curso si parece tener buenos efectos... procura aguantr lo mas q puedas jeje
te kiero muchoooooouuu!!!
:*

Adorable
Gráficos con escarcha


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