A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.
Les dejo con mi nuevo guión ;)
si no les gusta mucho al leerlo, es porque tienen que verlo actuado... es mucho mejor, al menos esa sensación me kedo
Diecisiete días
Personajes: Diecisiete personas contando diversas experiencias que tuvieron durante una excursión que se organizó para estudiantes de secundaria.
Escenografía: Las primeras cuatro o cinco personas que relatan su experiencia se alinean frente al público y luego ceden su lugar a las siguientes. Siempre se alumbra únicamente a la persona que está hablando. El orden de los personajes puede variar.
Día uno (varón contento): El primer día en los camiones todo era emoción, la gente iba de un lado a otro con prisa y parloteando excitados. Yo era uno de ellos. Fue la primera vez que viajé tan lejos, tanto tiempo y sin mis padres. Estaba contento porque las próximas dos semanas de vacaciones prometían ser geniales. (Suspira) Nunca me arrepentiré de haber ido. Vi otros lugares, conocí a nuevas personas, viví muchas cosas, unas buenas y otras no tanto; pero no importa, esas vacaciones no las cambió por nada.
Se alumbra al siguiente.
Día dos (varón aburrido): Sí, sí, sí. Al principio estaba entusiasmado, pero desde el segundo día me di cuenta de que serían los diecisiete días más largos de mi vida. Fuimos a una iglesia, que muy colonial y muy histórica y bla bla bla, ¡pero una iglesia al fin y al cabo! Tenía la esperanza de que sólo fuera ese día, pero no, todos los días ibamos de visita a edificios viejos y aburridos. ¿De verdad creen que a un grupo de adolescentes de quince años les gusta ver construcciones viejas?
Se alumbra al siguiente.
Día tres (Niña fresa): ¡Ay, wow, sí! El viaje de secundaria fue súper cool . Fuimos todas mis amiguis y yo y nos la pasamos mega increíble. Nos quedábamos despiertas hasta muy tarde en los cuarto de los hoteles platicando de un millón de cosas. Todas nos compramos muchas cosas cutes y nos ligamos a chavos, o sea, guapísimos. Creo que fue todo un paso hacia la madurez.
Se alumbra al siguiente. En la oscuridad nuevos personajes ocupan los lugares anteriores.
Día cuatro (Varón decepcionado): Yo fui al viaje de secundaría porque mis amigos me hicieron cocowash. Realmente creí que sería divertido y que nos la pasaríamos muy bien. Pero la verdad... no me gustó: vives diecisiete días en el camión, incluso duermes en él una noche, con frío, sin privacidad y sin espacio; amaneces con tortícolis y dolor de espalda. Ni siquiera te dejan tomar o fumar, te despiertan a las cinco de la madrugada y te hacen caminar ciudades enteras bajo el sol todo el día sin descansar. Al cuarto día ya me quería regresar. A las nuevas generaciones yo les aconsejaría que mejor hicieran otra cosa con sus vacaciones.
Día cinco (Niña enamorada, con gesto soñador): Era el quinto día de viaje, lo recuerdo bien, lo conocí en una tienda de helados, ¡él se había terminado el helado de frambuesa! Es mi sabor de helado favorito y él acababa de pedir el último. (Con voz de ternura) Mi vida, me lo regaló y se compró uno de limón, y ni siquiera nos conocíamos ¿han oído de algo tan tierno? Desde entonces fuimos inseparables durante el resto del viaje y, casi al final, ¡me pidió que fuera su novia! (Suspiro) Si pudiera, repetiría este viaje una y otra vez. Fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.
Día seis (Varón con gesto neurótico): ¡Seis días! Hacía seis días acababa de conocer a esa niña y ya no podía quitármela de encima. ¡Me seguía a todos lados, me esperaba en la puerta de mi habitación, subía a mi camión a buscarme! Yo ya no la aguantaba, no dejaba de acosarme; tuve que decirle, y de una forma no-amable: (actuándolo gritando) ¡Déjame en paz!
¿Saben qué fue lo que hizo? ¿Lo saben? ¡Me robó un beso! ¡Esa loca me robó un beso! ¿¡Qué le pasa!? Es una maldita, ¡la odio! (Inclina la cabeza y se la cubre con los brazos, habla con voz de derrota) Fue el mejor beso que jamás me hayan dado en mi vida entera. (Pausa) Después, ya no pude sacármela de la cabeza, vivo arrepentido por haberle gritado. (Pausa) Ahora, ni siquiera me dirige la mirada... (Baja la vista triste).
Día siete (niña muy enferma, con voz ronca): A la semana de haber partido... enfermé. Calentura, mareos y (arcada) vomito, creo que comí algo podrido. No había la posibilidad de volver y aún faltaba mucho viaje. Nadie como yo (arcada) sabe lo que es estar enferma en un viaje así, todo el día en el hotel, siempre con una bolsa para vomito en la mano, los maestros todo el tiempo sobre mí, (arcada) cuidándome...
Día ocho (niña paranoica mirando hacía todos lados): En un hotel había fantasmas, ¡yo lo ví! Movía la cortina de la regadera y abría la llave del agua, las cosas desaparecían y dejaba la huella de su mano en los vidrios, a veces me susurraba al oído cosas que yo no entendía. No podía dormir, ¡y no fui la única! Mis compañeras de cuarto también lo sintieron...Ahí, (abre mucho los ojos) había una presencia.
Día nueve (niña llorando amargamente): Yo-yo... ¡estaba sola! Yo fui a conocer gente y hacer amigos... ¡pero siempre estuve sola! Nadie hablaba conmigo, nadie se me acercaba, nadie...
Día diez (varón furioso): ¡Puta madre! ¡Me lleva la chingada! Esto esta de mierda, mi maldita cartera, ¡mi cartera! Con mi dinero, y mis tarjetas y mis credenciales; y todavía faltaban siente días de viaje ¡Cómo pude ser tan estúpido para dejarla olvidada en la cama del hotel, carajo!
Día once (varón despreocupado): Yo, conocí a muchas niñas guapas en ese viaje, no fue muy difícil ligar con ellas la verdad, puedo decir sus nombres de memoria y en orden alfabético: Ana, Diana, Fabiola, Julia, Marion, Ofelia, Paola... una por ciudad que visitamos ¡Fueron muchas grandes experiencias!
Día doce (niña frustrada): Ella empezó todo, las otras me contaron que hablaba mal de mí si yo no estaba. Es cierto que tuvimos varías discusiones por cosas sin sentido como cuando le dije a los demás que roncaba, ¡pero no era para tanto!. Intenté hablar con ella para que me dijera qué le molestaba y arreglar las cosas, pero me ignoró, es decir, ¡me ig-no-ró! ¿Qué le pasa? Siempre me dejaba atrás, no era capaz de parar un momento a esperarme ¡no! Me dejaba sola y si me perdía, a ella qué le importaba. (Con desprecio) vaya amiga resultó ser...
Día trece (niña risueña): Volví muy feliz del viaje: conseguí el cinturón de colores que tanto deseaba, también me compré varios pares de zapatos y algunas bolsas, ¡ah! Y una mochila... y como siete blusas... (pensativa) tres pantalones, calcetines y un short, un estuche, creo que cinco libros, una vajilla completa para mi mamá, unos cuantos accesorios, un par de cd’s, un portarretratos, velas artesanales, unos saleros, manteles, un reloj, postales, tazas...
Día catorce ( niña hablando muy rápido): Fue divertido, realmente muy divertido. Caminamos mucho y terminé con dolor de pies, pero no importa, valió la pena ver todas las cosas lindas que había, había edificios grandes, muy grandes y chapulines, los chapulines son bichos, como grillos rojos que se comen, están sabrosos; bueno yo nunca los probé pero mis amigos sí, yo lo que sí comí fue un platillo muy rico que no sé cómo se llama pero vaya que estaba caro, terminé sin dinero ese día, tuve que pedirle a mi mamá que me mandara un poco más porque todavía quedaban tres días y para que yo pudiera...
Día quince: (Una niña o varón que sólo mira al público por unos segundos sin decir absolutamente nada y con gesto inexpresivo).
Día dieciséis (varón): Antes de irme había tenido algunas novias, (se encoge de hombros) nada extraordinario, nunca llegué a clavarme con alguna de ellas, en realidad fueron relaciones algo cortas, (se cruza de brazos) tuve que terminarlas porque no me llenaban, sentía que algo no iba muy bien, (sacude la cabeza) como que no eran lo que yo buscaba en una pareja ¿me explicó? ¡Yo buscaba a alguien que me hiciera sentir especial!. Entonces, en este viaje encontré a esa persona ideal para mí, tenemos demasiadas cosas en común, tantas, que parecía ser el destino que nos conociéramos: siento que estamos hechos el uno para el otro y ahora creo que estoy enamorado (suspira), se llama Pablo.
Día diecisiete (niña): Pues... yo sólo podría decir que fue un viaje extraordinario, hasta el último día, un recuerdo maravilloso que guardaré siempre... Marcó el inicio de muchas cosas y el final de otras. (Pausa) Creo que de ahora en adelante, mi vida se dividirá en dos partes: antes del viaje, y después del viaje.
Tengo dos años, y mi mamá agarró la mala costumbre de vestirme con ropas que parecen uniformes de un internado de monjas para señoritas
