Nostalgia

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.

Les dejo con el último escrito que hice para mi taller de escritura creativa.
Sé que debería llamarse nostalgia, pero no, se llama monólogo.
Igual escribí uno que se llama Ballet pero no me gustó tanto.

Monólogo

Hoy tuve que ir al colegio a una junta de padres, y me sentí demasiado extraña. Hace cerca de quince años que no ponía un pie ahí. Las cosas han cambiado bastante, pero en esencia, sigue siendo el mismo viejo colegio de siempre, el que yo dejé olvidado el día de mi graduación.
Después de la junta, no pude resistir a la tentación de dar un paseo por los salones; así que esperé a que todos los demás padres se marcharan.
El sonido de mis tacones resonaron en el silencio...
En la ventana del que fue mi salón, vi mi reflejo: lucía muy distinta desde la última vez que me miré ahí mismo. Las aulas estaban cerradas con llave y a oscuras; lo cual me hizo recordar aquel día en que mis amigas y yo logramos abrir una puerta cerrada con llave, y entramos al salón sólo por el gusto de sentir que hacíamos algo prohibido. Casi nos atrapó el guardia porque una de mis amigas tenía unos cascabeles en el tobillo y sonaban demasiado. Ese mismo día, nos subimos al techo de la escuela y nos quedamos viendo las estrellas.
Ah, mis amigas, como las extraño.
Volví a casa después de cuarenta minutos para preparar la cena y arropar a los niños; y cuando me acosté dispuesta a dormir, comenzaron a llegar todos estos pensamientos.
Después de un rato, me levanté de la cama y bajé hasta el cuarto ese en el que tenemos todo lo que no sirve y que no somos capaces de desechar. Ahí, a mitad de la noche, me puse a sacar cosas de las cajas.
También recordé a los maestros que nunca volví a ver, a esos con los que me peleé, con los que reí, con los que se podía contar, los que eran crueles en sus tareas y exámenes. Pensé en aquellos eventos de día de muertos y navidad, las tardes ensayando para el baile de fin de curso, las largas noches de estudio y, por culpa de las fotografías tuve que recordar el buen cuerpo del que era dueña en aquel entonces, y lo lindo que me lucía el uniforme.
Cuando encontré mi falda, descubrí que aún tenía las puntadas que yo le había hecho a escondidas para que fuera más corta, y mi blusa no tenía el botón que siempre me dio flojera coserle. Tuve que limpiar mis mocasines para librarlos del polvo, y las calcetas ya tenían algunos agujeros.
Pero al final, todo estuvo listo.
Una vez leí que todos saben que cuando alguien se disfraza se convierte en aquello en lo que se disfrazó; así que me puse completo mi uniforme de la preparatoria, incluso el listón rojo que siempre tenía en el cabello.
Aunque al principio la falda no me entraba, poco a poco logré que se acomodara a mi delgada cintura de antaño. La blusa me apretaba de los brazos, pero cuando me di cuenta, ya me quedaba grande otra vez. Los zapatos se resistieron al tratar de ponérmelos, pero luego recordaron que yo calzaba del tres y medio cuando tenía dieciséis años.
Saqué mi mochila y le sacudí las polillas, metí algunos libros al azar, pues no sabía qué clases tendría.
Finalmente me fui a dormir con una sonrisa en el rostro, feliz de que fuera a ver a todos mis compañeros de nuevo, de tomar clases con ellos otra vez. Ojalá los maestros me perdonen no haber hecho la tarea, pero quince años ausente y es difícil recordar lo que marcaron. También espero poder justificar mis faltas, pues no quiero perder mi derecho a los exámenes.
Levantarme a las seis para bañarme y llegar a las siete a la escuela, a tiempo para la primera clase. No olvidar la bata para poder entrar al laboratorio. Llevar tenis cuando haya clase de deportes. Devolver el libro que tomé prestado de la biblioteca o pagar la multa.
Volver a ser estudiante no es sencillo.

AnGeL ClaiRe

Igual me resistí un poco a hacerle algunos cambios porque así es el original. Por favor, diganme si se entiende qué es lo que le pasa a la protagonista!