Ahora una internacional
Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.
Le costó unos minutos darse cuenta de que se trataba del inodoro, el famoso inodoro musical que además calienta el asiento, lava, seca, da masaje, ilumina la taza, extrae olores y entibia piernas y pies.
Se quedo mirándolo un instante y, al tiempo que cruzaba los brazos, pensó: "las pequeñas mentes dirigen nuestras naciones... mientras las grandes mentes se dedican a esto".
1 comentario:
Sublime!
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