Goodbye dear nineteen

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Estamos a martes 15 de enero. Es triste. Ya no tengo diecinueve años... ¡tengo veinte!
No saben cómo estoy sufriendo... en realidad no estoy sufriendo mucho, pero sí es triste. Yo... no quería cumplir veinte, quería quedarme en mis "diecis". Prueba de eso es que el 13 de enero en la noche me vestí de nostalgia, o sea, con mi uniforme del rogers, ¿y saben qué? ¡Me veía igualita que cuando tenía diecisiete! O al menos así me vi... lo malo fue que llegó mi mamá y me dijo:
-No hija, tienes veinte años, aunque te pongas esa ropa sigues teniendo veinte años.
...
Es tan triste.
(Suspiro)
Lo único bueno de cumplir veinte años fue mi cumpleaños, valga la redundancia.
Creo que fue un gran cumpleaños, me atrevería a decir que el mejor de todos.
Fue la primera vez que tuve una fiesta sorpresa, y fue una gran experiencia.
Les cuento, les cuento.

Desde fin de año ya me imaginaba que algo se organizaría a mis espaldas, puesto que se ha vuelto una especie de tradición en mi grupo de amigos. Luego, comenzaron las preguntas sospechosas de... ¿Harás algo para tu cumpleaños? ¿Cuál es tu comida o restaurante favorito? ¿Es seguro que harás fiesta?

De verdad me pareció muy lindo, pero yo prefería una fiesta sorpresa de la que no sospechara absolutamente nada, así que tuve que sabotear los planes de mis amigos organizando una fiesta en mi casa, porque además, siendo yo tan fiestera, hubiera sido muy ridículo que no hiciera algo para mi cumpleaños, se hubiese visto demasiado obvio que no hacía nada esperando la "sorpresa"; pero claro, como dije antes, yo no quería una fiesta sorpresa que no lo fuera.
Así, total que yo creía que lo de la fiesta sorpresa había muerto.
¡Pero no!
¡El domingo trece llegó un grupo de gente a medio día a darme pastel y regalos! Y eso sí que fue una sorpresota, juro que no me lo imaginaba, ¡cero! De forma que al final sí tuve mi fiesta sorpresa que era sorpresa.

En fin.
Sólo me queda decir a los que lean esto y que hayan estado involucrados en el complot: ¡gracias! De verdad fue precioso, los quiero mucho.