jueves, marzo 22, 2007

Fábula

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.

Había una vez, un niño al que le encantaba comer jícama, pero su familia tenía tan poco dinero, que ni para comprarle una jícama les daba.
La mamá ahorró para poder comprar una jícama para el cumpleaños del niño, pero, el mero día que llegó con la enorme jícama, no dejo que el niño la comiera.

Él lloró, berreó, gritó, pataleó, y suplicó por que le dejaran comer su jícama, pero la mamá le dijo: '¡No! Esperate!'
El chiquillo se cruzó de brazos frustrado y resignado, y vió cómo su mamá enterraba en la tierra la jicama.
Unas semanas después de esperar sin dejar de quejarse porque habían enterrado su jicama, se dió cuenta (con mucho júbilo) de que ya no tenía una jícama, sino muchas, ya que su patio entero estaba minado con jícamas que habían salido de la planta de jícama que su mamá plantó.
Sintió que tenía jícamas para comer todo el resto de su vida!!

Moraleja: Cuando uno sabe esperar, el objeto de deseo se multiplica al máximo!

1 comentario:

Serguei dijo...

Me hace falta meterme eso bien en la cabeza y creermelo completamente en estos tiempos...

Gracias por mencionarlo...

Adorable
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