viernes, noviembre 03, 2006

La avestruz, su pulga y el pollito

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.

Había una vez...

una avestruz que era medio extraña, porque apesar de que las avestruces se caracterizan por ser pajaros grandes y altos, esta avestruz era pequeña, y estaba apunto de alcanzar la edad adulta.
Debido a su problema, era insegura de sí misma, retraída, introvertida y timida. No tenía amigas avestruces porque temía que se burlaran de ella.
Su única amiga era una pulga que habitaba en su plumaje, y que siempre la hacía reír mucho cuando brincaba de un lado para otro de su cuerpo, haciéndole cosquillas y parloteando sin detenerse a tomar aire.

Un día, la avestruz pequeña y su pulga decidieron partir a viajar y explorar por el mundo; así que tomaron todas sus pertenencias y se fueron alejando de la pradera en la que solían vivir.

Caminaron y caminaron (bueno, más bien la avestruz caminó, porque la pulga iba bien fresca encima de ella); y un buen día llegaron a una granja, en la que conocieron a animales que nunca en su vida habían visto.
La pulga estaba maravillada, brincaba de un animal a otro conociendo a otras pulgas y otros bichos-parasitos.
En cambio la avestruz se sentía intimidada, porque todos los animales de la granja la veían raro y hablaban de ella a sus espaldas. El único que no la trataba así era un pollito huerfano que siempre iba a corretear por donde estaba ella y se quedaban conversando largas horas.

Por muy gracioso que parezca, poco a poco el pollito se fue enamorando de la avestruz, y la avestruz del pollito; hasta que un día el cerdo los cachó dandose d picotones, y como buen chismoso corrió la voz por toda la granja, y comenzaron las habladurías y criticas.

¿A dónde podía llegar la relación de una avestruz con un pollito?
La avestruz, muy sonrojada, metió la cabeza en la tierra.

Entonces, cuando a la pulga le preguntaron que pensaba de aquello que resultaba tan irregular, ella respondió sonriente y encogiendose de hombros.

Mientras pollito haga feliz a avestruz a pulga no le molesta

Cuando avestriz oyó eso se dio cuenta de que su amiga tenía razón. ¿qué importaba lo que dijeran los demás? Ella era muy feliz con su pollito.
Y nunca más volvió a ocultar la cabeza en la tierra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy padre tu cuento, realmente tienes facultades para la escritura.


La moraleja del cuento es muy buena, pero como toda moraleja, no es aplicable a todas las situaciones, digo, capaz y si la avestruz esperaba más, pudiera encontrar a otra que la quisiera; todos tienen su media naranja en alguna parte, el chiste es encontrarla.

Digo, de cualquier forma la avestruz es feliz, y eso es bueno =)

Anónimo dijo...

jefa eres la mejor, solo a ti TE RECONOZCO COM JEFA NADIE MAS

BATMAN

Adorable
Gráficos con escarcha


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