Aniluap y Oiciruam en...

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aquí.

De nuevo pasaba el tiempo sin dejarse notar.
Las cosas seguían exactamente igual...
En esta ocasión, fue Oiciruam el que despertó primero.
Se encontraba en un enorme hoyo, casi cubierto por compleo por la nieve que se iba deslizando hacia abajo por culpa de la gravedad.
Le costó mucho trabajo recordar dónde se encontraba; se sentía desorientado, como despertando de un sueño muy incierto, profundo y pesado.
Antes de poder desaturdirse lo suficiente, descubrió a Aniluap acurrucada a su lado para darse calor mutuamente; pero había algo en su aspecto que no le agradó: estaba pálida a morir.
-¡Ani!-gritó precipitandose hacia ella y haciendola rodar para librarla del hielo que tenía encima.
La miró expectante durante un segundo, hasta que Aniluap abrió con dificultad los ojos.
-¿Por qué...?- logró decir en un hilo de voz-Ya estaba cerca...
-Cerca de qué? Ani
-¿Morir?-Oiciruam sacudió la cabeza.
-Qué egoísta eres, quieres morir y dejarme solo así.
-Tú también puedes hacerlo-Aniluap consiguió moverse-Como van las cosas, tarde o temprano moriremos de frío ¿para qué sufrir más? No debiste despertarme.
-No seas tonta, si no hay que hacer más que esperar un poco... verás que las cosas se arreglan, no seas pesimista.
Aniluap no supo qué decir, sólo le miró largamente, deseando lanzarse sobre él y abrazarlo.
No lo hizo. No porque estuviese conteniendose, si no porque tenía los musculos agarrotados de dolor.
Oiciruam se puso de pie como pudo y la ayudó a incorporarse para continuar el camino... fue entonces cuando se dieron cuenta de lo que habían logrado desenterrar antes de caer rendidos.
Miraron asombrados, boquiabiertos, con ojos como platos y sin poder articular palabra... aquello que había bajo sus pies...

Aquello sobre lo que se hayaban parados.