sábado, noviembre 24, 2007

Aquel cielo

A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.

Hola
otra vez se acerca el final de trimestre en TEA (Taller de guionismo)
y otra vez estoy sufriendo
de verdad... sólo me quedo por que Juan Esteban (mi maestro) vale los 400 pesos que pago mensualmente
pero nada, absolutamente nada vale los 500 pesos que me cobran por estar en el festival... solo para que pase a leer un escrito corto ¬¬
ni sikiera actuaran un guion que yo haya escrito o algo!!

(suspiro)

había planeado leer mi cuento q se llama "Aquel cielo" y no lo había publicado aki para no arruinarles la sorpresa a los ke me fueran a ver, pero como parece que no ire, pos se los pongo.
Tadeo me dijo q esta muy bonito
no olviden poner sus comentarios al terminar de leerlo, es para un experimento q toy haciendo jojojoj

Aquel cielo

Sin duda eres la persona más importante para mí, y creo que siempre lo serás; porque los mejores momentos de mi vida los pasé a tu lado, conversando sin parar o en silencio, da igual.
¡Cómo nos gustaba mirar al cielo en la mañana, en la tarde y en la noche...! siempre hubo una buena razón para echarnos al pasto a mirar al sol, las nubes o las estrellas mientras soñábamos con los ojos abiertos.
Ahora que no estás conmigo y que paso mis días en soledad, sólo sé mirar al cielo, sintiendo que eres la única persona a la que realmente extraño... Lo malo es que no hay mucho pasto para recostarse por aquí cerca, sólo agua... pero ya me estoy acostumbrando.
Hace años que me alejé de aquel mundo que era tan familiar para nosotros; un día nada más decidí tomar mis cosas, hacerme a la mar y abandonarte para siempre. Pensé que necesitaba estar muy lejos de ti para dejarlo todo atrás, y sólo podía consolarme con mi verdadero amor: el océano.
Si me llegaras a ver de nuevo, tengo la seguridad de que no me reconocerías: mi rostro se ha vuelto moreno por el sol que me golpea de frente mientras miro hacia el horizonte infinito en la cubierta de mi barco, y mi cabello está más largo de lo que nunca lo llegaste a ver.
Rodeado por nada más que mar y cielo, me resulta muy difícil no pensar en ti y en mí, pues ese maldito cielo nunca me permitió olvidarte. Pero tantos años lejos, tantas dificultades vividas, tantas cosas que he pensado durante mi solitario exilio me han obligado a finalmente perdonarte. A veces consideré volver, pero el recuerdo doloroso no me lo permitía.
Entonces, una noche tranquila, en la que las olas y el viento me hubiesen arrullado hasta hacerme descansar profundamente, no pude dormir. Había algo lejos, muy lejos de mí, que me inquietaba. Me revolvía en mi cama con ansiedad y no paraba de preguntarme cómo estarías, qué harías, cuánto habrías cambiado, si pensabas en mí de vez en cuando.
Terminé parándome para servirme un poco de agua y tratar de calmarme y entonces, al abrir los ojos y ver por la ventana el cielo plagado de estrellas, tuve súbitos flashasos de una extraña visión en la que una silueta caminaba apresurada por una calle solitaria en medio de la noche; detrás de una esquina dos hombres acechaban con el brillo de una navaja en las manos, listos para brincar sobre su presa. Justo en ese instante, te vi caminando con gesto relajado por la misma calle, y alguien te seguía con ganas de llegar hasta ti...El eco del grito dentro de mi cabeza me asustó y me hizo cerrar los ojos con fuerza, y cuando los volví a abrir, corrías.
Nada me importó el itinerario establecido y las entregas que tenía pendientes; cambié el rumbo de la nave al instante y fui directo hacía ti a toda velocidad, deseando llegar a tiempo, deseando estar equivocado en ese horrible presentimiento que tenía.
Los días siguientes parecieron no pasar para mí, fueron solamente manecillas de reloj enloquecidas en la pared del cuarto de derrota, que me invitaban a ir cada vez más rápido para alcanzarte.
Al llegar, noté que el puerto era el mismo que dejé el día que marché, la ciudad no había cambiado en casi nada y las calles eran iguales a como las recordaba.
Me tomó unas horas localizarte, unas cuantas llamadas telefónicas, conseguir unas direcciones y al anochecer, ya iba tras tus pasos.
A la hora supuesta no estabas en la parada de camión, ya era muy tarde; no estabas en las calles cercanas, ya te habías alejado mucho. Quise imaginar el camino que tomaste y avancé a zancadas sobre el asfalto.
Yo era una silueta que caminaba apresurada por la misma calle solitaria que había visto en mi cabeza. En cada esquina te busqué desesperado, excepto en una... Al fin te había vislumbrado a lo lejos, y comencé a seguirte con ganas de llegar hasta ti. Estaba a punto de llamarte por tu nombre cuando la hoja fría de la navaja atravesó violentamente mi estomago, arrancándome el mismo grito de dolor que había escuchado antes en el barco. En medio de la confusión de los cuerpos de mis asaltantes, te vi volver la cabeza con sobresalto, y luego correr a toda prisa huyendo de nosotros, de ellos, de mí.
Dudo que te hayas percatado de que yo era aquel cuerpo sangrante tirado en medio de la calle, pero no importa, al menos pude morir tranquilamente mirando hacia el cielo, sabiendo que tú te encontrabas bien.
Finalmente volví al mar, y paso navegando mi muerte, con calma, en paz, siempre mirando al cielo, siempre pensando en ti.














Ddikdoamihermanita

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tadeo no se equivoco
de verdad que esta precioso el cuento, aunque si me gustaria verte y escuchar que lo leas, pero pos si ya lo decidiste ya nimo2 jeje.
espero que puedas cambiar de opinion y la pases a leer.
mmm experimento?? cual experimento ya me hiciste dudar jiji.

se te quiere mucho cecilita

a pesar de que ya no hablemos tanto

se te quiere un chorro.

aiosito

te quiero mucho

Serguei dijo...

Siempre puedes desquitar esas inversiones con los coffee breaks. Yo, junto con un compañero, hacíamos todo un saqueo hasta con mochilas jajaja.

Me gustó mucho tu cuento. No dejes de hacer estas cosas, que se te dan tan fluidas.

Adorable
Gráficos con escarcha


adopt your own virtual pet!

adopt your own virtual pet!