domingo, julio 29, 2007

La vida después de un segundo nacimiento


A veces quisiera (extender las alas y) volar lejos de aqui.


Antes de un nacimiento, hace falta una muerte...

Así que antes de volver a nacer, tuve que morir. No fue algo que yo hiciera a proposito... pero así pasó. Ni siquiera sé qué fue, solamente, como en casi todos los relatos como éste, desperté en un lugar desconocido, sin recordar cómo había llegado hasta ahí.

Las cosas, para variar, eran diferentes a como las había dejado.

Me hallaba sola; y a mi alrededor el vacío se iba comprimiendo dejándome sin aire, intentando aplastarme. La gente a la que quería se había desvanecido y de ellos sólo quedaban retratos colgados en la pared, algunos cerca del suelo donde los podía ver y reconocer, otros muy alto casi llegando al techo y sólo alcanzaba a distinguir rostros borrosos; a veces podía suponer de quién se trataba, pero la mayor parte de las veces no... sólo existía una extraña, pero incomoda sensación de familiaridad.

Mis metas y ambiciones habían desaparecido, y en su lugar quedaba nada más una rutina aburrida que no llevaba a ninguna parte, que ni siquiera era placentera, que no contaba con un objetivo definido y que no llegaba a llenar ni una cuarta parte de ese vacio aplastante en medio del cual transcurrían mis días.

Al fondo de la habitación había un espejo, pero tarde mucho en darme cuenta de que ahí estaba. Cuando me acerqué a gatas y lo miré, no me gustó nada lo que vi, era yo, obviamente, pero frente a mi imagen había un rostro que me impedía observarme por completo, y por más que me movía, no alcanzaba a ver más que un cabello hecho un desastre, unas ojeras y una piel grasosa.

Me alejé horrorizada, y observé mi cuerpo, diferente a como era antes, era un cuerpo desconocido para mí, un cuerpo maltratado, no querido, deshecho. ¿Qué había sido de mi figura de los dieciseis años?

Entonces me caí en la cuenta... pude ver las cosas claramente. La realidad llegó hasta mí golpeandome con fuerza en el rostro, aturdiendome: no había muerto ni vuelto a nacer... sólo me había olvidado de mi vida, y cuando me acordé de ella... era demasiado tarde para recuperarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola ninia
es muy cierto lo que dices
muchas veces nos olvidamos de vivir
olvidamos disfrutar las cosas sencillas
olvidamos disfrutar de las palabras, los abrazos, las caricias, las sonrisas
olvidamos las cosas que realmente importan
disfruten la vida al maximo y vivan cada dia como si fuera el ultimo de su vida...
nos vemos ninia
tqm
cuidate

ClaudiaRG dijo...

No se si es demasiado tarde todavía, desde el momento en qué te diste cuenta de que estabas desperdiciando de tu vida, creo que empezaste a recuperar algo importante, la razón por la que estás viva...
A partir de ahora, es volver a empezar, con lo que tienes para no volver a olvidarse nuevamente...
Pensar en uno mismo, en nuestra propia vida es una forma de vivir muy sana, para algunos es egoismo, para otros un egoismo muy sano, necesario para poder relacionarse con los demás!
Amarse, quererse, son mismos a nuestra estima y a nuestra alma... y sentirnos mimados hace que los demás nos disfruten por lo bien que nos sentimos...

Besos

Clau

Adorable
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