sábado, julio 31, 2010

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

¿Por qué siempre que abro la página para escribir ocurre algo que hace que me dejen de dar ganas?

lunes, julio 26, 2010

No quiero ser presidente, pero...

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Yo exigiría que el presidente de la República Mexicana tuviera mínimo estudios universitarios básicos relacionados a la economía, administración, contabilidad o similares.

viernes, julio 23, 2010

Hermanos

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Uf... Finalmente tengo poco más de unos minutos para estar conmigo misma, así que los aprovecho comunicándome con el mundo.
Ahora ya me encuentro en Coahuila en casa de mis tíos, los días de compras masivas terminaron, y me alegro, porque es cansado y además es una gastadera de proporciones gigantescas... creo que ahora le debo $1000.00 a mi mamá, aún no me atrevo a hacer cuentas, además de que no he tenido tiempo ni ganas; en estos precisos momentos quisiera dormir, así que posiblemente en un rato lo haga.

Yo venía con la firme intención de conseguir varios vestidos, y además de ahorrar $1000.00 pesos (ahora cuento con $-1000.00). Sin embargo, sólo compré un vestido... pero eso sí, dos shorts, dos faldas, cuadro blusas, dos cinturones, una bolsa, dos cremas limpiadoras faciales, un arbolito metálico para joyería, tres boxers, un batón, y cantidades industriales de ropa interior. No sé ni para qué les digo eso, poco interesante.

Lo que sí es interesante es la relación entre mi mamá y mi tío (su hermano), ¿ustedes creerían que se pelean por ver quién pagará y quién lava los trastes? Pues sí verdad, son hermanos. Ahí les van los diálogos:

Mi mamá: Hija, ayuda a tu tía a lavar los trastes.
Tío: No, Ceci, no te preocupes.
Mi mamá: Loli, ahorita te ayudan las niñas con los trastes.
Tía: No.
Mi mamá: (Con señas y en susurros) Ve a lavar trastes.
Ceci hija se levanta a lavar trastes.
Tía: Ahí dejalos, Ceci, ahorita los lavo yo.
Ceci: Los lavo rápido, tía.
Tío: No, no, no. Ustedes son las visitas, no tienen por qué lavar trastes.

En el restaurante mi tío se pone delante de mi papá en la caja.
Tío: No creas que soy descortés, que esté aquí adelante tiene un objetivo.
Mi tío paga la comida de todos.
Mamá: No, no, no, ¿cómo vas a pagar lo de todos si somos muchos? Toma, aquí está el dinero de la comida.
Tío: No, no, no. Yo les invito.

Al final mi mamá le da un perfume a mi tío como regalo de cumpleaños y en la caja le mete todo el dinero que según ella le debe.

Cuando ibamos en el coche y mis papás rezongaban porque mi tío estaba pagando la cuota de los dos coches en la caseta de adelante, me volteé hacia mi hermana y dije:
-Cuando seamos grandes, ¿seremos así? ¿cuando te vaya a visitar me pagarás todo?
Y ella respondió, con toda la sencillez del mundo:

-No.

martes, julio 20, 2010

En vivo

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Noticias viejas: Sobreviví los tres días sin el messenger ni el facebook.

Noticias nuevas: Mi amiga Lili se fue de intercambio y no la veré hasta dentro de 6 meses, un día después de mi cumpleaños.

En vivo: Me encuentro en Reynosa, Tamaulipas escuchando historias de horror acerca del narcotrafico. Mañana cruzamos de compras y después vamos para Coahuila a encerrarnos durante los últimos 7 días para evitar terminar en una balacera, así que posiblemente ande bastante tiempo por aquí.

Suya,

Ceci.

jueves, julio 15, 2010

Consejos útiles para evitar entrar al messenger o facebook

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

1.-Evita en la medida de lo posible la computadora, usala sólo en caso muy necesario.

2.-Haz algo productivo como lavar trastes o ropa interior.

3.-Ocupate en algo de tu agrado (en mi caso pintar o escribir).

4.-Mira películas, eso mantiene la mente ocupada durante varias horas.

5.-Pasa tiempo con algún ser querido o mascota.

6.-Toma una siesta.

7.-Come leeeentaaamenteee.

8.-Ayuda a alguien que lo necesite.

9.-Preparale un regalo a algún amigo que esté a punto de irse durante seis meses.

10.-Realiza todos esos pendientes que no haz hecho por "no tener" tiempo.

miércoles, julio 14, 2010

Día uno

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Esta será una entrada corta.

Sólo quiero anunciar que me preparo para un pequeño ciclo de abstinencia en el mundo cibernetico; es decir, estaré durante tres días sin entrar al messenger o facebook. Mi blog y el twitter (en el que apenas comencé hace dos días) están permitidos por no ser objeto de adicción.

Con esta pequeña prueba veré qué tan necesitada estoy de estas herramientas de comunicación online y cuánta ansiedad experimento al verme privada de ellas durante 72 horas, empezando a contar desde hoy.

Son diez minutos para la una de la tarde y aún no he iniciado sesión en Messenger o Facebook, había estado tratando de evitar la computadora para no caer en tentaciones, así que me desperté, pinté, lavé trastes, vi una película y ahora heme aquí.

Voy bien.

Les platico más al rato.

Suya,

Ceci.

martes, julio 13, 2010

Arte simple

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Hasta ahora, en mi misión de retornar a la labor de pintora artística, me he enfrentado a un tortuoso levantamiento de bastidor, a la escacez de aguarras y a tubos de oleo con la tapa firmemente sellada, lo cual he solucionado remojando (con las pocas gotas de aguarras que tengo) la pintura seca que rodeaba la tapa.

Finalmente he comenzado y me siento como una niña kindergardiana que dibuja florecitas con sus crayones (recuerden que comencé con las margaritas de mi suegra); pero puedo visualizar más, puedo ver degradados, bicolores, bordes, puntos, detalles... lo malo es que tengo que esperar varias horas a que las primeras pinceladas sequen, y es en esos momentos cuando aflora desde lo más profundo de mi ser la vena impaciente que tan controlada tengo.

Mientras aguardo, escribo; escribo en mi libreta y escribo aquí.

Ayer tuve un insight, una pequeña iluminación, una brisa de inspiración para comenzar con el cuento que podría mandar a los IX Juegos Literarios... es tan sólo una idea, poco desarrollada, pero sigue siendo mi estilo, romántica y algo convencional... pero muy bella. Creo que por eso nunca gano ningún concurso: no soy muy original, y además de no serlo, me centro tanto en mi historia (nada original) y en hacer hermoso el contenido, que me olvido de la forma, y apartentemente la forma es más importante que el contenido, lo he visto en los escritores contemporaneos que conozco: historias sencillas y con poco atractivo que son decoradas con palabras extrañas y movimientos circulares. Muchas de ellas son demasiado predecibles, o uno las predice y resulta que te sorprenden muy poco.

Claro que la construcción de la forma del relato es importante... sobretodo si es para gente que sabe de eso... pero para el resto de las personas más vale algo entendible y disfrutable. Por eso la gente no lee, porque no entiende lo que se escribe y lo que entiende no les produce ningún tipo de impresión emocionante. Supongo que yo no escribo para ojos expertos, no escribo para eruditos de la literatura... escribo para personas, para estudiantes, para trabajadores, para amigos, para cualquiera que quiera leer... y quiero que lo disfruten, no que los haga sentir confundidos e ignorantes (¡sí!, me estoy proyectando).

Suya,

Ceci.

¡Listo!

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

¡Ya compré mis lienzos! ¡Dos!
Saqué (de mi recién limpiado y renovado closet) el súper bastidor totalmente equipado que me regaló mi papá en Navidad y le sacudí todo el polvo acumulado por un año (o tal vez dos años). Me peleé un rato con él tratando de averiguar cómo se armaba; es un bastidor transformer que tras una serie de movimientos, acrobacias, ajustes y desajustes de tornillos se vuelve un maletín-kit transportable de pintura. Mientras luchaba por encontrar la forma de ponerlo en pie, se mantuvo un rato en mi cama panza arriba con las patas extendidas cual insecto muerto. Al final, logré que adquiriera una figura lógica y lo coloqué en una posición menos indignante sobre el suelo, le coloqué enfrente un banco alto y ahora se encuentra orgullosamente ergido frente a mi ventana, sosteniendo el primer bastidor, dándole la espalda a la puerta de mi habitación como quien esconde un preciado secreto y hace alarde de eso.

Tengo muchos proyectos en mente, lastima que sólo tengo dos lienzos y un par de semanas de vacaciones. Pintaré girasoles... sí, no es mi máximo pero está bien para empezar. Serán para mi suegra, le gustan los girasoles, un pretexto perfecto. Luego vendrán las piñas, para mi hermana... estaba pensando en una piña encima de un diván: "Piña tomando terapia", así no podrá dejar de pensar en mí (jeje). Después de eso tal vez algo con motivos marinos, para darle gusto a mi madre y para que lo cuelgue en la pared de la casa del puerto. Así, luego de tres cuadros para otras personas habré tenido tiempo de calentar la muñeca y recuperar el toque, además de haberme preparado psicologicamente para emprender mis proyectos personales... una serie de ángeles quizá, y personajes de mis historias. Lo último es lo que más ilusión me hace. Espero no perder el ritmo, con eso de que se avecina un semestre agitado tal vez tenga que ir a baja velocidad; pero está bien, lo importante es ser constante, nada más.

Mi papá me hará el favor de comprarme acrílicas en colores básicos para comenzar a pintar la pared de mi cuarto también. Eso sí debo terminarlo antes de iniciar clases, pero no me preocupa, será rápido.

Suya,

Ceci.

sábado, julio 10, 2010

No va mal

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

¡Sí!
Finalmente ayer Tadeo y el enamorado de mi hermanita me ayudaron bajando el clóset de mi baño, ¡y ahora tengo mucho espacio! Me encanta, estoy feliz por eso.
Hace un momento hojeaba mi agenda y la ponía al día con nuevas fechas de juntas y pendientes (gracias al cielo todas están programadas para agosto) y descubrí que mi mes de Julio está ¡practicamente en blanco! Fantástico. Los únicos días señalados son el martes 13, cuando tengo que ir a la aseguradora, y el día 20, cuando marcho a Torreón (por cierto que aún está por verse si nos iremos por aquello del huracán en Monterrey). Así que soy oficialmente libre, sin absolutamente nada que hacer.
Recuerdo que en mejores tiempos las vacaciones de verano duraban dos meses, en esta ocasión durarán un mes, el cual seguramente se irá volando ¿cuatro semanas? ¡Por favor! Mañana ya estaré yendo a cargar materias. En fin, no me importa, lo bueno es que ahora estoy libre, y el lado positivo del asunto es que no tendré tiempo de sentir que no tengo nada que hacer. Aún me falta comprar los lienzos y comprar pinturas acrilicas para decorar mi cuarto. No va nada mal.

El otro día mi hermana le entregó a mi mamá su lista de libros para el próximo semestre, ¡qué nostálgica me sentí! No sólo porque hace 4 años que no recibo una lista de libros, si no porque el próximo será el último inicio de curso al que asista. Auch... se me encogé el corazón y se me revuelve el estómago de sólo pensarlo, hasta débiles siento los brazos y piernas... así de fuerte me pega. Suspiro. Mi mamá me alegró el momento diciéndome que más adelante tendré las listas de útiles de mis hijos para comprar, eso me arrancó una sonrisa. Lamentablemente yo no seré la usuaria de esos nuevos materiales, pero creo que con la compra me conformo, y también podré llevar a cabo mi secreta manía de oler las hojas de los cuadernos nuevos. Suspiro.

Suya,

Ceci.

viernes, julio 09, 2010

Lo peor no ha pasado

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Ojala todos los días lloviera como ha estado lloviendo últimamente...
Aún no compro mis lienzos, aún no saco el closet de mi baño, pero ya tuve mi entrevista con la coordinadora de inglés. Bueno, no fue con la coordinadora, fue con su ayudante (o algo así). No tuve ningún problema, no que a mí me pareciera. Imagino que habré cometido algún error tonto del que no fui conciente, pero en general creo que lo hice bien. Lo que realmente me preocupa es que lo que están buscando son maestras de inglés... yo tenía en mente algo más bien como asesorías o algo así. Chispas, ser maestra... no tengo ningún problema con ello, en realidad, sería una experiencia muy padre. Si fuera con niños, porque creo que son más fáciles de manejar, pero si son adolescentes... me encanta el trabajo con adolescentes. Como sea, lo que me inquieta son los horarios. Primero y antes que nada, no sé si me van a contratar, segundo, si me van a contratar, no sé para qué grado sería, ni para cuántos grupos, ni qué horarios o cuánto tiempo será en las mañanas. Eso me trae dando vueltas la cabeza y sé que en algún momento me va a marear, incluso llega a angustiarme, porque no sé a ciencia exacta cuánto tiempo me robará, y por añadidura, me pregunto si tendré algún problema con los horarios del SEAP. En el SEAP yo armo mis horarios, y no ocuparía tanto espacio en mi cabeza si no fuera porque la libertad es limitada, en realidad, tengo que coordinarme con los horarios de mis compañeros. En un segundo plano, están los horarios de las asignaturas; yo quería tomar la materia de Sociocomunitaria con el maestro Jorge Carlos, a quien ya conozco y sé que es un encanto, pero si las mañanas me resultan demasiado ocupadas, tendré que prescindir de ese plan.

En eso anda mi mente justo en estos momentos y sus alrededores. Por una parte, quisiera que me contrataran, ya saben, sentir que me consideraron una muy buena opción, que di una excelente impresión a pesar de mi juventud e inexperencia como docente. Sin embargo, por estas mismas razones creo que es posible que no me contraten, y no puedo dejar de experimentar cierto alivio ante esta perspéctiva porque las tensiones causadas por las cuestiones del tiempo y horarios dejarían de atormentarme.

Eso es todo por ahora.

Suya,

Ceci.

jueves, julio 08, 2010

Vocación

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Hoy salí a pasear con mi papá, fuimos a realizar varios pendientes y anduvimos de un lado para otro de la ciudad, y mientras lo hacíamos, platicamos un poco... pero más que en mucho tiempo.
Mi papá es médico, mi mamá es psicóloga; vengo de una familia que se dedica a ayudar a las personas, por eso no es sorprendente que yo haya tenido esa misma vocación. También tengo una vocación artística, me gusta expresarme através del arte, brinda mucha satisfacción.

Hay por ahí una frase que dice: "Jugar es el trabajo de los niños, y trabajar debería ser el juego de los adultos". Es ideal que una persona sea feliz con su ocupación, que ésta le de sentido a su existencia (por decirlo de alguna manera). Estoy segura que seré feliz ejerciendo mi profesión siempre que esté relacionada con el contacto humano, con el servir a otros. También seré feliz con mi pasatiempo: el arte gráfico.

Mi hermana quiere ser ingeniera civil, a ella le gusta la exactitud y las medidas. En algún momento pensó ser arquitecta, pero antes que la estética, el arte y la belleza, prefirió el calculo, la física y el álgebra. Sin embargo, seguirá construyendo, seguirá creando, y eso me parece hermoso.

Mi hermano tiene 14 años, aún no sabe qué será de su vida, pero está bastante dedicado a la música, otra forma de arte.

La verdad es que me resulta muy difícil y conflictuoso el entender cómo una persona podría encontrar satisfacción en un trabajo o profesión en la que se utilizan meros números, cuentas, finanzas y puro plano dinero. ¿De dónde obtiene su energía? Seguro de las personas no, seguro de la creación tampoco. Por el contrario, me parece que los números roban energía, debilitan, estresan... Supongo que depende de cada quién. Yo no puedo, pero seguro alguien que se dedica a ello sí entiende de dónde proviene esta satisfacción, y si no lo entiende... pues qué triste porque seguro ni sabe por qué está donde está y no es precisamente dónde quiere estar.

miércoles, julio 07, 2010

No productivo

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Hoy no fue un día tan productivo: no he sacado el estorboso closet de mi baño, que es lo único que resta para que oficialmente haya terminado con la purga que comencé hace dos días. Fui a comprar mis lienzos, pero me rechazaron la tarjeta, así que no pude comprarlos y estoy de mal humor por eso (tengo que decirselo a mi mamá, por cierto...). Además, llamé a la coordinadora de inglés de la escuela donde trabaja Marisa y no la localicé, me dijeron que llamara más tarde y olvidé hacerlo porque me fui a una reunión con la maestra Silvia y otras chicas que estuvieron haciendo Orientación en la Secundaria este semestre. Ni siquiera pude mantener limpia la cocina por un día, como me había encargado mi mamá, porque me hizo salir a hacer sus diligencias... qué lata.

Creo que lo más productivo del día ha sido mi charla (corta charla) con la hija de la maestra Silvia: Romina, quien estudió literatura en la Facultad de Antropología. Esperaba que ella pudiera orientarme para saber a dónde o con quién dirigirme en mi búsqueda de asesoramiento en materia de creación literaria. Sin embargo, no fue una gran aportación, ella no está muy metida en lo que es la creación. Únicamente pudo darme un nombre, diciéndome que esta persona había sido maestro de mi idolatrado Juan Esteban. Así que el que fue mi plan B me regresó circularmente a mi plan A: Comunicarme con Juan Esteban, quien jamás me respondió el mensaje por facebook que le mandé... Trataré de hablar con él por el messenger en cuanto lo vea.

Así que... mis planes están (por hoy) feamente estancados: no puedo pintar sin lienzos, tengo que esperar a ver a Juan Esteban, necesito ayuda de Tadeo para sacar el closet de mi baño, y tendré que esperar hasta mañana para localizar a la coordinadora de inglés. (Suspiro).

Como fuera, hoy tengo muchas ganas de escribir. Escribir aquí, escribir en mi diario, escribir en mi novela y encontrar alguna idea muy original para comenzar a escribir el (o los) cuento (s) que meteré a la convocatoria de los IX Juegos Literarios de la UADY.

Lo malo que a veces me ocurre, es que una vez que escribí por medio electrónico, descargo parte de mi energía, y me queda poca para escribir en mi diario...

Suya,

Ceci.

martes, julio 06, 2010

Segundo día

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

Es el segundo día de mi regreso... y todo va bien.

Este está siendo un día maravilloso, la lluvia lo hace perfecto y por supuesto, encantadoramente romántico.

Además de eso ha sido un día bastante productivo, como ayer. Ayer obtuve mi carta de aceptación del SEAP, logré comunicarme con la maestra Silvia (a quien debía entregarle algunos documentos y hacerle preguntas) fui a un círculo de conversación en inglés para practicar e hice limpieza profunda de mi closet. Esto último fue sin duda lo más importante, saqué cientos de cosas, desde muchísima basura, ropa y zapatos viejos, hasta divinos recuerdos. Fue un maravilloso viaje al pasado. Encantador.

Hoy se lo platiqué a Marisa, y me dijo que es un ejercicio muy terapeútico, y yo le creo, definitivamente; me sentí muy bien limpiando las esquinas del closet que eran un cochinero acumulador de polvo. Toqué el polvo de uno de mis zapatos, tenía la consistencia de una capa protectora de nieve seca. No hace falta decir que estornudé lo inimaginable.

Con Marisa también hablamos de Buda, y de cómo algunas personas en la cultura oriental tienen esa mágica capacidad de transmitir paz, tranquilidad y amor a la gente con sólo mirarles, o hablar, decir algunas pocas palabras bien elegidas... Me gustaría mucho ser así, va conmigo y con mi vocación ¿no?

Marisa se está volviendo muy importante en mi vida, gracias a ella ahora tengo una opción de trabajo en la puerta. Le di mi curriculum y ella lo entregó al departamento de inglés de la escuela en la que trabaja, y hoy me llamaron para una entrevista. Lo malo fue que yo no estaba en casa y mi mamá no supo comunicarse muy bien con la directora de inglés de dicha escuela. Suspiro.

Hoy fui a la asignación de Servicio Social. Todo muy bien. Eso y la llamada de la directora de inglés han sido lo más emocionante de mi día... y que vi a Tadeo, por supuesto. Se suponía que iría a comprar un par de lienzos para comenzar a pintar, pero lo olvidé por la emoción de la llamada, quería llegar a casa de inmediato para comunicarme y programar la cita de la entrevista... pero no se pudo gracias a que me falta un número en el número telefónico que dejaron. Lo he intentado marcando posibles combinaciones, pero me dicen que está equivocado. (Descubrí que me lleva exactamente 10 segundos que me digan que marqué equivocadamente).

En fin. Continuaré otro día.

Suya,

Ceci.

lunes, julio 05, 2010

La psicoterapia... y yo

Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.

A exactamente un año de la última vez que escribí, regreso a esto. Juro que no lo planeé, fue pura coincidencia... o el destino, no lo sé.

Regreso a la vida cibernaútica, a dar señales de vida al universo con pequeños fragmentos de mi vida traducida en pensamientos, meros pensamientos.

Hoy estoy feliz, finalmente me dieron una carta de aceptación al SEAP (Servicio Externo de Atención Psicológica) de la facultad de Psicología, así que en unos cuantos meses estaré dando las primeras terapias de mi vida... y espero que sean muchísimas.

Yo había escuchado que los lugares para hacer el Servicio Social en el SEAP eran muy solicitados y peleados, por eso debería ser un orgulloso logro el haber recibido esa carta de aceptación hoy... sin embargo, también me pareció enterarme de que este año sólo fuimos cuatro solicitantes para cubrir los cinco espacios disponibles que hay, así que creo que finalmente no hay nada de logro en esto. De todas formas, estoy contenta sólo por el hecho de saber que mi camino como terapeuta está a punto de comenzar. Me doy cuenta que mi anhelo por dar terapia es mucho mayor a mi deseo de ser Orientadora en una escuela secundaria o preparatoria, no sé por qué. Existe un halo de romanticisimo y misterio alrededor de la terapia, la relación paciente-terapeuta, el contexto, las cosas que se dicen, las cosas que se piensan, las cosas que se sienten y son imposibles de expresar. Un pequeño rincón que parece estar muy a parte del mundo. De acuerdo, ya estoy hablando de mi experiencia como paciente.

Mi terapeuta es fantástica, la amo. Alguien me preguntaba qué la hacía tan maravillosa, yo le respondía que simplemente me escucha, me entiende, comprende lo que siento y mis puntos de vista. No suena tan complicado ¿verdad? Sin embargo, casi nadie logra hacerlo. Al menos yo no he encontrado a nadie que lo haga como Marisa. Todos están demasiado ansiosos por hablar de sí mismos como para escucharme... pues resulta que yo también quiero hablar de mí misma, y sin embargo, mi naturaleza no me lo permite; yo nací para escuchar. Por eso ansio tanto ser terapeuta, dar a otros lo que Marisa (y nadie más) me da.

Tengo pocas esperanzas en que alguien lea esto, pero fingiré que alguien lo hace.

Hasta la próxima.

Suya,

Ceci.

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